martes, 12 de octubre de 2010

Placeres.~

Comienzas a hacer estragos en mi mente, cuando te invoco en tus sobrenombres... Cuando recuerdo tu cuerpo sobre el mío, poseyendo toda mi esencia, convirtiéndome en la nada para mí. Me volviste tuya, permitiste que rasgara tu espalda con mis uñas coloradas de pasión, de obsesión... ¡Era la plenitud con tu nombre! Con tu cuerpo de hombre, con mis manos sobre tus miembros, con tu lengua sobre la mía, con mis pechos en ataque al contacto con tu piel... No me importó sentirme débil al contacto de tus puños firmes, daba lo mismo sentirme pequeña, era pequeña, minúscula cuando te abalanzaste sobre mí, murmurando palabras irrepetibles que colocaban mis vellos de punta... El éxtasis fue eterno, te perdiste en mis ojos idos de tanto amor, porque eso sí fue amor y la lujuria y el placer nos ayudaron a sellar el pacto del que nuestros sexos firmaron, y que ningún tercero podrá derrocar... Me enamoré de tus ojos, de tu espalda fornida, de tus manos firmes, de mi yo poseída... De tu sexo de hombre, irreemplazable.~

1 comentario: