jueves, 29 de abril de 2010

Y se me va la vida...

Sentada en la acera, mirando como los semáforos se convierten en los reyes autoritarios del mundo, manjenado los tristes destinos de los engendros desde las 6 de la tarde en adelante. Si tuviera algo de orgullo me levantaría tomaría mis chancletas, un cigarrillo y caminaría sin cesar... por ahí en direccion a la Luna. Pero tengo demasiado frío para largarme casi descalza, ojo, eso sí, no quiero que esto parezca excusa. Es que admiro el paisaje suspirando desde aquí...admiro a los perros callejeros, ellos sí que saben vivir entre tanta miseria, y odio a las señoras pasadas a Channel, por suerte que desde aquí, en la vereda de mi barrio no se ven muchas... Ahí si que estaría obligada a salir corriendo a ninguna parte... Por ahora, mientras no invandan este metro cuadrado, me quedo haciendo guardia... lo único que pediría eso sí, sería otra cajetilla de cigarrillos y si es posible algun compañero bien intencionado para compartir un vaso de vino.

sábado, 10 de abril de 2010

Y sigo con este dilema de la maldita costumbre humana de necesitar tanto a otro humano. Es que tengo ganas de... estar caminando por el centro más concurrido del mundo y que la gente pase por mi lado sin notar mi presencia, que nadie sea el elegido... que el aire tóxico se incruste en mis pulmones y me carcoma la vida, hasta tener que arrastrarme a la acera, con un ataque de asma... que sólo alguien notará... alguien que entre tdo el bullicio, toda la rutina, toda la mierda, toda la hipocresía, toda la maldita FALTA DE TIEMPO... note mi presencia vaga y efímera. No creo que seas tú, pero ya sabes el dicho cliché. La esperanza es lo último que se pierde.

miércoles, 7 de abril de 2010

Científico, ¡qué inútil eres en mis fríos!

Será egoismo? Será miedo?
Un hombre no puede estar solo... Una vez me contaron la historia de una tribu de Oceanía... de una especie de brujo que condenó a un indeseable con polvitos mágicos que predecían su muerte...
Lo más raro era que sí, el hombre murió... y no fue homicidio ni suicidio. El hombre simplemente cerró los ojos y desapareció como si aquel polvo mágico hubiera predestinado su fallecimiento... Pero no fue magia, no fue superstición no fue el complejo de chaman del brujo... Sino un paro cardíaco que acabó con su vida. ¿Y cómo fue provocado este paro? La soledad se encrustó en cada poro de su piel.. en cada palmo de su organismo, hundiendolo hasta que su propio cuerpo se resignó al frío. al decir, esas palabras condenativas que enunció el brujo, las personas se alejaron del hombre, maldiciendo su estado... Soledad que no se puede aguantar, que congela por dentro y por fuera, mujer descerebrada que ni siquiera deja una gota tranquilo, para uno mismo, con uno mismo, solo. Ni siquiera el Científo puede combatirte, puta ¿De qué estas hecha? ¿De los gritos de los muertos?

jueves, 1 de abril de 2010

Grito de Silencio

No quiero meter la cabeza dentro del water cada vez que me de ese apreton en el pecho, anunciandome una soledad, de esas que me quitan el aire cuando estoy desprotegido... de esas malditas que bendicen mi cuarto con un silencio tan desgarrador que desearía que la gotera del baño hubiese quedado abierta. Insisto (y creo que lo haré por el resto de mi vida) es tan vergonzosa esta dependendia del humano para con otros humanos... Me hace sentir un frío en los huesos, de los que sé que no es físico, sino que viene de debajo de la epidermis. Es mutilante, gritar a los cuatro vientos en un desierto tan desierto que la garganta se desgarra por llegar a un ser viviente... Es tanto lo que se grita, que llega un momento que me sonrojo pensando en todo lo que he gritado y que no hubo respuesta para tan insana vida... Ese es el momento en que te pido, con señales de humo.. pero tú no tienes olfato, oído ni voz.