martes, 10 de agosto de 2010

Atrapada.~


Nunca arrojé una lágrima por ti, por la situación... por mi descaro, por mi teatro. Jamás quise parecer víctima ni siquiera cuando estaba sola, prefería lavarme los ojos con sal para preocuparme del ardor y culparla a ella de los goterones que arrojaba.
No es justo que ocurra ahora, a ocho años de secretos pesares. Ocho años del baúl que rebalsando quiere echarte de todos esos cachivaches que guarda...
Es irónico que ahora el pecho se contraiga y duela. Porque eso duele más que arrojar la lágrima guardada en mi garganta... No quiero, no quiero acordarme del rencor. No es sano para ninguna de nuestras escenas sacarnos el lobo estepario que llevamos agarrado a nuestros riñones.
Estamos acostumbrados a soportarlo todo sin chistar y prefiero seguir haciendo eso que dejarme llevar por este pobre momento que al final promete un olvido temporal y una estúpida y mísera sonrisa.~

No hay comentarios:

Publicar un comentario