Bueno volviendo al tema de las lágrimas. Para mí derramar lágrimas por los males del mundo, por las injusticias que se pueden cambiar son como las palabras o los pensamientos que no queremos ponerles acción. Que dejamos ahí porque creemos que con decirlas, por arreglar el mundo con un vaso de cerveza en la mano, por disculparse con la pareja por decir cosas malas o con decir pobre perrito a un cachorro callejero ya es demasiada tortura. Claro que es tortura para nosotros mismos, para el el egoísmo que se alimenta de nuestra inconsciencia en esos momentos... Pero no, no es tortura. Es hipocondría.
No aceptar la realidad, que podemos ser la escoria más grande del universo, que somos una masa inerte que no formamos un todo porque nos desarrollamos subjetivamente por sí solos, dando origen a una monstruosidad que aunque no queramos es la que compartimos en conjunto...
No, no quiero que las lágrimas sean como las palabras que no tienen acción. Las prefiero como un desahogo del momento para luego ponerme manos a la obra con aquello que siento que no es justo.~
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