martes, 3 de agosto de 2010

No dolía la vida.~

Hoy no necesité mucho.
Sólo alguna melódica voz de los árboles que dibujaron los páramos de mi trayectoria o la mirada sútil y generosa de algún anciano con la espalda encorvada de tanto trabajar labrando la tierra. Pude encender un cigarrillo sólo por el mero hecho de sentirlo entre mis dedos para deslizarse hacia mi boca y bajar marcado por el arte de mi boca pintora. No necesite excusas para fumar tranquila no tenía pena ni alegría, ni ninguno de esos de delirios que solemos tener para disculparnos por tragar humo.
Hasta me saqué los zapatos para sentir la helada entre mis dedos, sonriendole a las señoras que miraban mis pies desnudos como si fueran la aberración más grande que haya existido en el mundo. Me agrada ver sus ojos cuando de mis labios salen improperios propios de camionero mal humorado, sus entrecejas se ciñen tanto a sus ojos que desaparece toda dulzura de su rostro. A veces suelto alguna que otra carcajada pensando en las neuronas que puede llegar a comer un estereotipo añejado.
Sabía que no tenía rumbo y eso era lo que más plena me dejaba ser... entre tanto bullicio que percibía mi vista, no mis oidos hipnotizados por algún verso de Extremoduro. Presentía que nada podría acabar ese instante de felicidad, aunque sea por los próximos 30 segundos. Estaba lista para la realidad pero no para la que había experimentado antes de ese trance. No, no, no.


1 comentario:

  1. No te entendí ni una weá xD, pero pucha que escribí bacansito :L

    xXx

    ResponderEliminar